Estamos tontos ¿o qué?

La verdad es que llevo unos días totalmente absorto de casi todo lo que me rodea, incluido el blog. No es por falta de ganas, sino por falta de tiempo e ideas, ya que toda mi atención esta redirigida al curso de diseño de páginas web, y cuando no estoy en clase, a pensar, organizar y desarrollar el proyecto que tenemos que hacer como final de curso.
No obstante, algo me ha llamado la atención, algo que se ha comentado en los descansos en el curso y de lo que yo no me había enterado hasta ayer. Estoy hablando de la nueva ley sobre el orden de los apellidos que nuestro queridísimo y eficaz gobierno (ironic mode on), ha sacado a la luz.
Yo comprendo que habrá gente que le quite el sueño y no pueda ni comer por no poder poner su apellido el primero. Y también entiendo que una pareja pueda decidir en que orden quiere colocar los apellidos de su progenie. Incluso advierto que muchas mujeres sientan que poner el apellido en segundo lugar es denigrante para ellas. Pero lo que no asimilo, ni acepto, es que el gobierno se dedique a sacar leyes como esta en lugar de dedicarse a buscar soluciones para los más de cuatro millones de parados a los que si que se nos va el sueño, y a muchos, no el hambre si no la posibilidad misma de comer, por no poder encontrar un trabajo que nos permita ganarnos la vida.

"Hay tontos que tontos son,
tontos que tontos se hacen,
y tontos que tontos hacen 
a los que tontos no son.
Y de los tontos tonterías"

X: Es una ley de igualdad
Y: Pues si da igual ¿pa que la hacen?


Me estoy temiendo que la próxima ley será para impedirnos a los hombre mear de pie.
Me vuelvo a mi roca a continuar con el proyecto. Ojalá cuando vuelva a asomar las pinzas por el mundo nuestros cerebros se hayan puesto en funcionamiento de nuevo.