Sí que recuerdo que cuando se rompía algo o había que arreglar algo mi padre siempre decía: “llama a fulanito”. Por lo que las herramientas aquellas no eran más que un recurso, una herramienta psicológica, que les hiciera pensar que estaban preparados para realizar alguna operación de emergencia.
Habiendo crecido en un hogar así, no es de extrañar que en mi casa tampoco haya habido herramientas hasta hace unos 4 años, y como no la culpa es de IKEA. Soy un adicto a IKEA, menos mal que no lo tenemos cerca. Tenemos algunos muebles de allí y hay que montarlos, de modo que en una de las veces que fuimos compramos una pequeña caja de herramientas (un martillo, unos alicates y un destornillador con el extremo hueco en el que pones la punta que necesitas).Vamos, como en casa de mis padres pero más chulas, que son de IKEA.
De modo, que mi experiencia como manitas se limita al montaje de algún mueble de la susodicha cadena, a la colocación de las lámparas del pasillo (también de IKEA), con las que no tuve problemas porque use los mismos enganches que tenían las anteriores y conté con la inestimable ayuda de mi mujer. Ella es más metódica, lo planifica todo, se lee las instrucciones de montaje, etc. Yo soy más como un toro, me ponen la tarea delante y me tiro de cabeza sin importar las consecuencias.
Ayer viernes 27 de agosto, mientras paseábamos con cangrejito pensamos que estaría bien poder llevar el cable de red a la habitación y así poder conectarme desde allí por las noches. Como el cable de Z (suministrador de internet) entra por nuestra habitación y pasa al comedor por un agujero, tuve la brillante idea de aprovecharlo para pasar el cable de red. La idea era buena, pero la planificación fue nefasta.
Cuando llegamos a casa cogí las herramientas (destornillador con la punta más gorda y martillo) y me dispuse a hacer mi primera reforma en casa, pequeña pero reforma. Bueno, pequeña era como tenía que ser, ahora arreglar el resultado de mi osadía es otro cantar.
Yo: Ves a la habitación y dime si salta la pintura. –introduzco el destornillador y empiezo a dar martillazos. PIM, PAM, PIN, PAM- ¿ves algo?.
Ella: No
Continuo dándole martillazos al destornillador.Ella: Para, para.
Voy a la habitación.Yo: ¿Qué pasa?.
Ella: Mira es que parece que la pintura salte por otro sitio, en lugar de por donde pasa el cable.
Yo: No puede ser. Lo observo y gracias a mi instinto y experiencia en estas lindes – No sé. Debe ser que al moverse el cable tira de la pintura. Voy a darle un poco más.Ella: Ves con cuidado. Oye ¿no has puesto ninguna punta en el destornillador?
Yo: Sí claro, la más gorda. – Ella tenía razón, no estaba puesta, se me había quedado dentro del agujero. – no pasa nada, le daré con otra cosa.Cojo una de esas llaves de montaje en L bastante gorda, la meto en el agujero y PIM, PIM, PIM, PAM.
Ella: Para, para que te cargas la pared.
Yo: Joder!, ¿he sido yo?. Mira la punta del destornillador.
Recuperé la punta perdida, pero salté la pintura, un poco del lucido de la pared y rompí un trozo de ladrillo. Pero bueno, si conseguimos nuestro objetivo esto es lo de menos. Así que me vuelvo al comedor para intentar pasar el cable de red.Yo: Mierda.
Ella: ¿Qué pasa?
Yo: Que el cable no pasa, bueno el cable si, lo que no pasa es la clavija. Bueno no pasa nada. Si desenchufamos el de Z (suministrador de internet), lo pasamos a este lado, paso el de red y luego lo volvemos a conectar no hay problema.
Ella: No hagas nada más, déjalo así, que creo que ya no importa. Ven.
Yo: Joder. Vaya cagada. En efecto, ya daba igual. Había partido el cable de fibra óptica. No del todo, pero lo suficiente para no tener señal, y además viernes 27 de agosto a las 19:30 horas. Eso son, al menos, 2 o 3 días sin conexión.
Llamo al servicio de atención al cliente y un mensaje grabado me dice que hay una avería general en la zona que afecta al suministro de internet.
Ella: ¿Crees que es culpa nuestra?
Yo: No, este cable es solo para casa.
Ella: ¿Seguro?, vuelve a llamar.
Llamo de nuevo para asegurarme así que esperaré a que me atienda una persona.X: Buenas tardes, le atiende X en que puedo ayudarle.
Yo: Verás, es que estábamos haciendo un pequeño arreglo y …… y me gustaría que me confirmaras si no tengo conexión por una avería general o por mi cable.
X: Un momento señor, que hago unas comprobaciones.
Dos minutos después.X: disculpe Sr. Cangrejo le puedo confirmar que en su zona se están realizando unas obras de mejora pero que no deben afectar a su señal.
Yo: Osea que es mi cable.
X: Nuestros operarios no han interrumpido el servicio Sr. Tome nota del número de incidencia y pasamos nota a nuestro servicio técnico. ¿Puedo ayudarle en algo más?
Yo: No, gracias.
Ya estaba claro, nos quedábamos sin internet, mínimo hasta el lunes, pero siendo agosto y España, puede que sea más tiempo. Menos mal que el miércoles ya es uno de septiembre y que mi mujer ya había terminado y enviado la faena que tenía pendiente.Así que después de acostar al pequecangrejo me voy a la habitación con el ordenador, al menos, tenía tiempo para escribir sobre los hechos, y algún día subirlo al blog. De pronto veo que hay señales disponibles, ya lo había intentado en otras ocasiones y siempre pide contraseña, pero…
Aparecían diez redes, intenté cinco y nada, pero a la sexta, ¡sorpresa!, no estaba protegida y pude conectarme. Ahora tenía conexión, un agujero en la pared y mi cable de fibra óptica partido.
¡QUE TRISTE!