Tamagochi Pastelón

Yo no se como todavía me sorprendo de lo que son capaces de hacer estos japoneses. La verdad es que no se les puede negar que le echan imaginación a raudales, para integrar la vida humana, los sentimientos y emociones humanos ligados a máquinas. Que si bien parece la trama de una película de serie b, al paso que avanzan las cosas no se lo que pasará. 
Muchos hemos tenido, o por lo menos hemos tenido en nuestras manos alguna vez un tamagochi. Esa mascota electrónica a la que había que cuidar como si fuera un perro, darle de comer, de beber, limpiarlo, jugar etc, si no poco a poco perdía vida hasta que la palmaba. La ventaja es que a este lo podías reiniciar.
Pues ahora, después de que el tamagochi haya pasado a la historia, desbancado por las ps3, psp, xbox, DS, también japonesas. Es cierto que no son para lo mismo, pero las más grandes te permiten crear  máscotas virtuales, que en la tele se proyectan junto a ti como si fueran reales,  pero con la desventaja de que no te lo puedes llevar por ahí.

Entonces, a alguno/s de esos concentrados, se le ha ocurrido inventar el tamagochi pastelón para la gente que viaja mucho y no puede ver a su familia. Antiguamente se usaban los colgantes de un corazón dividido en dos y cada uno llevaba un fragmento para recordar al otro. Pero a partir de ahora, se usará un aparato "tamagochi pastelón" para estar unido en las distancia a tu ser querido.
El invento es un corazón que cabe en la palma de la mano, cada enamorado debe tener uno claro, y que cuando añoras a tu amad@ lo aprietas con fuerza, entonces el juguetito graba la presión con la que se aprieta, la temperatura y los propios latidos, lo envía por bluetooth al móvil y de ahí a cualquier lugar de planeta hasta alcanzar el "coragochi" de sus amad@, que sentirá toda esa información en su mano e interactuar.
Otra de las "utilidades" de este artefacto es que te lo podrás llevar a la cama a dormir ya que te permite sentir los latidos de tu pareja mientras duermes.
¿Cuanto costará cada vez que le das un apretón al bichejo?, esperemos a ver cuanto dura el romanticismo después de la primera factura.
"cariño, si me quieres, no me aprietes el corazón que me ahogas la cartera".