Desde que empecé el curso de ciberseguridad, me doy cuenta de lo vulnerables que estamos todos en internet. Y de que solo con unos pequeños cambios, puedes mejorar mucho tu privacidad y seguridad online.
A principios de este año me encontré en una situación que cada vez es más común pero no menos difícil: con 52 años y, de nuevo, en el paro.
Todos los veranos me tomo un descanso del blog. Aunque solo tenga una o dos semanas de vacaciones, mi desconexión digital fuera del trabajo es total.
El otro día, mientras estaba con cangreteen en el gimnasio en medio de nuestra rutina de espalda, me dijo que ya había decidido a que se iba a dedicar.
Así es, a mis 51 años he descubierto que soy un cangrejo rutinario. Rindo más y mejor si tengo una rutina establecida que me organice el día. Si no la tengo, pierdo mucho el tiempo y no me da la vida.