miércoles, 28 de noviembre de 2018
Somos como huevos kinder
Estábamos ayer en clase de japonés y la profesora le preguntó a cangrejito el nombre de algunos de sus amigos.
Teníamos que hacer unas frases y había que incluir algunos nombres. Cangrejito se quedó pensando. La maestra insistía, en los que más confías, con los que más juegas...
Al final, después de unos instantes dijo dos o tres nombres, más por imperativo que por convicción, al menos esa era la sensación que me quedó a mi. También sé que son los nombre que siempre dice cuando se encuentra en situaciones como esta. Aunque es cierto que es con los que más juega en el cole, ya que son los únicos que no juegan a fútbol.
Aquella situación me hizo pensar, porque en ese plano yo puedo aportar poco al aprendizaje de mi hijo. Si yo tuviera que hacer una lista con los nombres de mis amigos, creo que se quedaría vacía.
Durante toda mi vida he entablado amistades que lo que me han demostrado que la amistad es una palabra vacía. Y que en la mayoría de los casos se crea por interés, porque de algún modo esa persona o relación nos beneficia, aunque sólo sea porque nos hace sentir bien.
Hay gente a la que llamo amigos, personas con las que lo paso bien y a las que ayudaría sin dudarlo, pero no espero nada de nadie, y mucho menos que sean mis amigos para siempre, porque si de algo estoy seguro es que toda amistad tiene fecha de caducidad y no podemos aferrarnos a nadie.
Quizás la pregunta debería ser ¿Cuanta gente me considera su amigo?
Sé que la mayoría no va a estar de acuerdo conmigo, pero es lo que la vida me ha enseñado a mi. Cuando crees que tienes un amigo se abre el huevo y sale el interior. Sorpresa que a mi por lo menos ha dejado de sorprenderme.
Puede parecer que me cierro a hacer nuevos amigos, pero es falso, estoy abierto, a conocer gente a entablar nuevas "amistades" lo que sucede es que no espero nada de nadie.
Etiquetas:
Cangrejadas,
Comprensión de la mente
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Que pena me ha dado leer hoy tu post...no tener amigos o no esperar que vayan a ayudarte, me da pena.
ResponderEliminarYo debo considerarme afortunada, sí puedo decir que cuando he necesitado a mis amigas, las he tenido a mi lado, no me han defraudado, de hecho una es incluso la madrina de mis hijos y se gana el título con su cariño, su paciencia y las horas que les dedica, a jugar con ellos, a cuidarlos...
Además, me ha dejado a cuadros ... ¡japonés! vais a clase de japonés???
Y yo que me alegro.
EliminarSí, cangrejito y yo vamos a japonés jajaja
No es fácil encontrar un amigo de verdad, eso está claro... Y cuanto más crecemos más difícil, desde luego.
ResponderEliminarA mi lo que me ha enseñado la vida es que no se puede poner la mano en el fuego por nadie.
EliminarYo soy también de esa forma de pensar. Y muchas veces pienso que en realidad no tengo o no me quedan amigos, en el término clásico de la palabra.
ResponderEliminarAunque sí tengo a mucha gente con la que me gusta compartir unas cosas u otras. Y hace muuuucho que se perdió la marca diferenciadora entre el 1.0 y el 2.0. No es necesario tener a una persona presente para tenerla más cercana que a la inmensa mayoría.