Viajando que es gerundio

Aunque por el escudo que he puesto en la maleta (iré añadiendo escudos y banderas) pueda parecer que he estado en algún país europeo, en realidad no hemos salido de España. 
Hacía dos años, desde el verano de 2009 que no hacíamos un viajecito, y es que la situación es la que es. Pero surgió la posibilidad de ir a Alahurín el Grande, un pueblo de Málaga a pasar unos días con unos amigos. 
A pesar de que estamos acostumbrados a los viajes interestelares, tengo que reconocer que los viajes terrestres son bastante agotadores, da igual el medio que uses, acabas cansado, y es que no son las mismas condiciones. Estabamos un poco preocupados por el viaje ya que por un lado Mamacangreja tuvo fiebre el miércoles y Cangrejito salió con que no quería ir en avión porque iba muy alto, ¿cómo?, ¿qué va alto?, pero al final todo fue rodado. Al ir tuvimos que subirlo por las escaleras en brazos porque tenía miedo, pero todo fue bien y se lo pasó de maravilla, lo que hizo que en el viaje de vuelta subiera solo y mientras nosotros colocábamos las bolsas y las chaquetas, el se sentó solo y se abrochó el cinturón sin ayuda.
Solo han sido unos días, pero unos días de lo más estimulantes para nuestras mentes, tanto, que al llegar a Castellón y encontrarnos con todo el mogollón de las fiestas casi sufrimos un colapso neurológico, menos mal que tenemos la piel dura.
Creo que este año es en el que menos estamos disfrutando de las fiestas, porque a Cangrejito le ha dado por no querer estar cerca de aglomeraciones y de ruidos, lo que supone no salir de casa o ir por zonas periféricas donde no hay demasiado alboroto, el resto de la ciudad es una locura, un caos de gente de fiesta, petardos, adolescentes desenfrenados, petardos, collas, petardos, pasacalles, petardos, charangas, petardos, orquestas y discos móviles, petardos, casetas, petardos, suelos pegajosos, petardos y como no, petardos, y así durante 9 días, en los que toda la ciudad y parte de la provincia se dan cita por las calles de la ciudad, de día y de noche. 
No penséis que no me gustan las fiestas, si que me gustan, pero como ya sabéis estoy involucionando y cada vez me gustan menos las aglomeraciones de gente y eso precisamente es lo que más hay.

Este año a la romería de las cañas, romería hasta la ermita de la Magdalena han subido 175.000 personas, es decir, ha tenido que faltar oxigeno seguro, porque vino y cerveza os aseguro que no.
Bueno, vuelvo al viaje. Como os podéis imaginar no he dejado escapar la oportunidad de dejar un par de cangrejos de papel en esta ocasión, aunque como tengo poca práctica y los nervios se apoderaban de mi no he elegido unos buenos escondites, pero iré mejorando. El primero de los cangrejos lo he dejado en la segunda bancada de un restaurante de Alahurín el grande llamado "Tabuchi".  En este lugar me costó dos intentos, porque justo cuando estaba a punto de esconderlo, cangrejito empezó a gritar "papa no pongas eso ahí, no lo pongas ahí", claro tuve que detenerme porque la gente nos miró y claro que hacía ese tipo con cara de centollo escondiendo un papel en un hueco. Esperé que cangrejito no mirara y lo escondí en un lateral de la bancada.

El segundo lo he dejado en el interior de la revista del avión, en una página que estoy seguro mirarán tanto hombres como mujeres, por distintas razones claro. Aunque me imagino que esa revista no durará mucho tiempo en el avión, pero también es cierto que todo el mundo las mira para pasar el rato y es probable que ese mismo día alguien se lo haya encontrado, aunque no creo que lo sepamos nunca.


P.D: En el viaje de ida compartimos vuelo con The Zombiekids, no es coña, no lo digo por tema zombie, son un grupo de música, bueno más bien bien Dj's pero me hizo gracia viajar con un grupo de zombies.