miércoles, 10 de abril de 2019

Caprichos


Hace tiempo que me rondaba la idea en la cabeza, pero no me decidía, pensaba que era algo innecesario quizás.

Pero de vez en cuando, al ver los discos en vinilo que todavía conservo y que no puedo escuchar, me daban ganas de comprar un tocadiscos.

El que tenía se rompió años antes de casarme, hará unos 25 años, y desde entonces han estado guardados. El otro día, en Murcia, pasamos por la Fnac y no pude resistirme. Con permiso de la autoridad me llevé para casa este tocadiscos. 

Me gusta porque es pequeño, fácil de guardar, con cangrejín por ahí suelto es mejor guardar algunas cosas. También me gusto el precio, 89€ y que pase el vinilo a MP3 si pones un pendrive.

A parte de eso, me sorprendió lo bien que sonaba. En realidad, me esperaba un poco de sonido a lata, por ese precio. Pero no, tienen un buen sonido, al menos lo suficientemente bueno para alguien poco exigente como yo. Probé un par de mis viejos discos y sonaban bien, igual que los recuerdos que fluyeron de mi memoria con la música de nuestro nuevo tocadiscos.

Así que ahora toa dar una segunda vida a mis discos, y quien sabe, igual compro alguno nuevo ahora que parece que vuelven a estar de moda.

4 comentarios:

  1. Llevo años en tu misma situación. Muchos vinilos almacenados porque a mi equipo de música le falló el amplificador. Vi unos parecidos a ese en un centro comercial, pero pensé como tú, con ese precio a saber cómo suena y yo, que soy algo purista con el sonido me eché para atrás. Pero si piensas así, recapacitaré. Este es el claro ejemplo de que, cualquier cosa que nos parezca una tontería, si la contamos, le puede servir de ayuda a alguien.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pruébalo antes, ya he dicho que no soy especialmente exigente.

      Eliminar
  2. excelente compra... si sirve para recordar te dará mas placer que una licuadora jaja... saludos y a seguir escuchando...

    ResponderEliminar

Pinzadas