Pero no a cualquiera, no de esos nuevos con aromas a coco, sandía o yoga. No. Olía al Aftersun de toda la vida. Ese que tiene un olor que huele a verano, a piel calentita por el sol, a toalla mojada y a bocadillo de chorizo en la playa del Grao de Castellón.
Ese olor me atrapó de golpe. Fue como si alguien hubiese apretado un botón y, en lugar de seguir caminando por la calle, me hubiera teletransportado directamente a mi infancia. A los veranos en la playa, con arena hasta en las pestañas, a cuando el único problema era que te habías olvidado las chanclas en la orilla y el suelo quemaba como la superficie del sol. Me encanta ese olor. De hecho, lo compro cada verano aunque no me haya quemado, solo por el placer de meter la nariz y volver atrás en el tiempo.
Hay otro olor que me hace exactamente lo mismo: el anís. Pero no la planta, no vayamos a confundirnos. Hablo del licor, del dulzón, empalagoso y pegajoso como una abuela besucona. Cada vez que lo huelo me lleva directo a los veranos en Higuera de Calatrava (Jaén), en la Calle de la Torre, con mis abuelos. A esas tardes lentas y calurosas en el pueblo, con olor a tierra caliente, a tardes de cartas y noches a la fresca.
Ese olor me atrapó de golpe. Fue como si alguien hubiese apretado un botón y, en lugar de seguir caminando por la calle, me hubiera teletransportado directamente a mi infancia. A los veranos en la playa, con arena hasta en las pestañas, a cuando el único problema era que te habías olvidado las chanclas en la orilla y el suelo quemaba como la superficie del sol. Me encanta ese olor. De hecho, lo compro cada verano aunque no me haya quemado, solo por el placer de meter la nariz y volver atrás en el tiempo.
Hay otro olor que me hace exactamente lo mismo: el anís. Pero no la planta, no vayamos a confundirnos. Hablo del licor, del dulzón, empalagoso y pegajoso como una abuela besucona. Cada vez que lo huelo me lleva directo a los veranos en Higuera de Calatrava (Jaén), en la Calle de la Torre, con mis abuelos. A esas tardes lentas y calurosas en el pueblo, con olor a tierra caliente, a tardes de cartas y noches a la fresca.
Mi abuelo, cada día después de comer, se tomaba un chupito de anís. Pero no en cualquier vaso: lo hacía en uno de esos de chupito con forma de copa, que parecían importantes. Yo, claro, se lo pedía siempre. Y él, con toda la paciencia del mundo, siempre me decía que no. Hasta que un día decidió que ya era hora de darme una lección y me lo dio. Solo medio chupito. Yo, feliz, me lo bebí como si fuera Fanta… Al principio creí que me moría, y luego el enfado de mi madre. Posiblemente fue mi primera borrachera. Jamás volví a pedírselo. Pero el olor… el olor sigue siendo para mí un bálsamo mágico. Uno que me arropa, me hace sonreír y me devuelve, por un momento, a su compañía.
El olor tiene ese poder. Es como una máquina del tiempo con acceso directo a tus recuerdos. A veces, huelo suelo recién fregado con extra de lejía y me veo acudiendo temprano a una profesora particular. O huelo pan recién hecho y me entran unas ganas locas de volver al horno de la esquina donde comprábamos barras aún calientes, que te quemaban los dedos pero sabían a gloria.
Supongo que todos tenemos olores que nos hacen viajar, ¿Qué olor te transporta a otra época? ¿A qué momento volverías con solo cerrar los ojos y respirar hondo ese aroma?
Smells really evoke memories. It is such a powerful sense. :-D
ResponderEliminarIndeed
EliminarA mi el olor que mas me lleva a mi infancia es el de los jazmines y flores potentes. Me recuerda a cuando era pequeña caminando por Guardamar, yendo camino de la Jijonenca a por un helado y viendo la torreta de fondo.
ResponderEliminarUn besazo!
UY ahora que lo dices, el jazmín
EliminarEn mi caso es el olor a bosque y al cloro de la piscina.:)
ResponderEliminarMuy veraniego si
EliminarEl olor a tomillo me trae el recuerdo de los paseos por el campo con mi abuelo cuando yo era pequeño. El de la gasolina, cuando íbamos de viaje y parábamos a repostar, y yo bajaba la ventanilla para aspirarlo con todas mis fuerzas (ahora no me gusta).
ResponderEliminarA mi la gasolina me sigue gustando jeejeje
EliminarA mi me pasa lo mismo pero con la música. Pero tambien hay olores que transportan. Te mando un beso.
ResponderEliminarSiii, la música también lo consigue si.
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