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miércoles, 29 de abril de 2020

Cría cuervos II


El otro día, el viernes para ser más exactos, sufrí una especie de déjà-vu.

Para entenderlo, quizás deberíais leer algo antes de continuar leyendo esto, de ese modo, comprenderéis lo de déjà-vu (aquí).

Os doy unos minutos ...


Bueno, ahora regresamos al presente, y nos plantamos en el viernes por la mañana. 

Como sabéis cangrejito tiene TEL y necesita de un apoyo especial en el lenguaje. Además del apoyo de logopeda y en el colegio (ahora no lo recibe por la cuarentena) nosotros tratamos de hacer los ejercicios que nos envían en casa.

Así, me puse con él a hacer algunos de esos ejercicios. Cuando llegamos a un ejercicio en el que teníamos que contar sílabas. Había palabras cortas, largas y medianas. Unas más fáciles que otras pero todo iba bien hasta que llegamos a una que se le atascó un poco.

La repetimos varias veces sílaba por sílaba, entera, etc y claro, yo quería que la dijera perfecta e insistí un poco.

- Venga cangrejín la última vez entera.
- Me miró y dijo: "papá ... gordo"

Me quedé estupefacto mirando como se reía. Yo no sabía si estaba en 2011 o en 2020, así que él aprovechó el momento para levantarse de la silla e irse riendo al sofá.

La verdad no sé que pensar. No sé si es algo genético que tienen mis hijos por llamarme gordo o si es una estrategia de huida que ha pasado de hermano a hermano. Aunque en verdad, estoy empezando a pensar que estoy gordo, no sé como tomármelo.




2 comentarios:

  1. jajaja, y yo que creo que hay por ahí un pequeño maestro enseñando a las nuevas generaciones como tomar el pelo a sus ingenuos progenitores, jajaja

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