Páginas

miércoles, 20 de septiembre de 2017

Déjame llorar

Hace tanto tiempo que cangrejito empezó la guardería con la edad de cangrejín, que he tenido que esforzarme por recordar aquellos primeros días.

Ambos han llevado un patrón similar, los primeros días lloraban cuando se quedaban pero después se les pasaba y jugaban el resto del tiempo.

En realidad los niños se acostumbran enseguida, creo que el problema lo tenemos los padres, nos cuesta más que a ellos lo de la separación, bueno, no todos los padres o madres. Grados de dependencia hay tantos como padres y madres.

Es normal que el niño llore cuando se queda en el cole, es su forma de reclamar tu atención, de retenerte a su lado, pero se le va a pasar enseguida, en cuanto haya algo que atraiga su atención.

Estos días estoy viendo todo tipo de padres, madres e incluso abuelos. Están los que no hacen más que recalcar a los demás que su pequeño no llora, mira que mayor y que fuerte y que maravilloso que es.

Están los que no le dan tiempo al niño ni a entrar en el aula, cuando se han dado cuenta ya no están los padres, y a llorar. Están las que se van y vuelven varias veces para mirar por la ventana si su peque está llorando, lo que aún hace que lloren más.

A ningún padre le gusta ver llorar a su hijo, pero creo que porque llore un poco al principio no pasa nada, tienen que adaptarse a la nueva situación y el llanto es su forma de asimilar su frustración, sus miedos.

No lo sé, no soy psicólogo infantil ni nada de eso, pero me da la sensación de que cuanto antes se adapte el padre/madre antes se adapta el niño.

¡tomaros algo hombre ya!

2 comentarios:

  1. Es más o menos lo que te comentaba el otro día. Creo que los padres lo llevan peor que los niños. Jajajaja. De todas formas, si bien es cierto que verlos llorar da penita, también tienen que aprender a manejar su frustración. Aparte, no están solos, tienen profes que saben ayudarles con eso. Besotes!!!

    ResponderEliminar
  2. Esto es lo de siempre. Cada niño es un mundo. Daniel se ponía a jugar y ni se despedía de mí e Iván se quedaba llorando y seguía llorando y así hasta que volvía a por él. Las profes ya no sabían que hacer. No se adaptó hasta el primer trimestre del siguiente curso ainss (Y no del todo)

    ResponderEliminar

Pinzadas