Walking ... in the rain

Esta tarde mamacangreja me  ha echado de casa, no literalmente, no os asustéis que luego me regañais. Como cangrejito esta malito y no va al cole, llevo dos días sin salir de casa, y como sabe, al igual que algunos de vosotros, que me encantan los días de lluvia, me ha dicho que me fuese un rato a pasear.
Solo han sido 45 minutos, pero tengo que reconocer que ha sido muy gratificantes. Me he dedicado a callejear sin rumbo ni dirección. Me gusta más ir sin paraguas, pero hoy me lo he llevado, para evitar mojarme demasiado, que ya hay un enfermo en casa. Muy cerca de mi casa hay un grupo de viviendas unifamiliares, y al pasar junto a ellas me ha envuelto un profundo olor a leña quemada, alguien había decidido que ya era el momento de encender la chimenea, dejando en la calle ese olor tan característico. 
He ido de aquí para allá, sin fijarme en nada, sin practicamente pensar en nada, simplemente disfrutando del sonido de la lluvia rompiendo contra mi paraguas, el frecor del ambiente en mi cara y del vaho de mi respiración. El hecho de que no hubiese casi nadie por las calles que recorría lo hacho más placentero aún. 
Solo me ha faltado un detalle, quizás porque me ha pillado un poco desprevenido, música. La próxima vez que salga a caminar me llevaré música, algo tranquilo, que haga del paseo algo más que unos simples pasos.