Espacios sin humos, nuevas oportunidades

Estos días se habla mucho de los perjuicios que está ocasionando la nueva ley antitabaco. No dudo que los primeros días o semanas, la gente tiene que acostumbrarse, y que habrá personas fumadoras que no conciben el nuevo concepto, pero estoy seguro que no tardarán en dar su brazo a torcer, porque ir al bar está en sus genes.
Yo soy no fumador y durante mucho tiempo he evitado los bares, porque no me gusta ser fumador pasivo, no me el olor de la ropa después de visitar uno y sobre todo no he querido que mi hijo respirara eso. También entiendo que los mayores problemas los tendrán los bares de cartas, copa y puro y los de abuelos de ojos rojos adormecidos por la costumbre. Quizás les cueste más asimilar el cambio, pero lo harán. 
Sin embargo, yo veo una oportunidad en el cambio. Yo cambiaría, mejor, añadiría a las maquinas de tabaco algunas máquinas de chupa-chups o algo similar. Desde que ha entrado la ley en vigor he ido a más bares/cafeterías que en los últimos 3 años. Y por lo visto no somos los únicos, a cada sitio que hemos ido nos hemos encontrado con más padres con niños que nunca antes. El otro día nos encontramos un atasco en una cafetería muy conocida, porque entre la gente y los carros de los niños..., la próxima vez plegaré el carro. Ahora los niños van con los padres, y también consumen. Ahora podemos ir con nuestros pequeños a lugares a los que antes no podíamos ir o no queríamos.
En definitiva, creo que será bueno para todos, incluidos los restauradores y taberneros. Incluso puede que alguien encuentre el amor mientras comparte unos cigarros al aire libre.